miércoles, 18 de mayo de 2016

LLAMA A PAPÁ


Volvíamos unos amigos y yo de pasar un día fantástico en la nieve, todo había sido perfecto y quedaba la dura vuelta de dos horas.

Estaba durmiendo en la parte de detrás del coche junto a un amigo, cuando de repente nos despertaron asustados. Estábamos en medio de la autopista, parados en el arcén. El coche se había detenido y nos ponía en el marcador que a una rueda le faltaba aire. Decidimos ir a la gasolinera más cercana a hincharla.

Mi amigo era un conductor novel, así que ninguno tenía mucha idea de cómo hinchar una rueda. Creíamos que lo habíamos hecho correctamente, pero volvió a aparecer en el marcador lo mismo. Fuimos de nuevo a la gasolinera, y así consecutivamente con dos gasolineras más.

Ya angustiados lo último que hicimos fue lo que primero deberíamos haber hecho: llamar al padre de Jorge, el conductor. Le explicamos lo que había pasado y nos dijo que a veces los coches tenían fallos y no siempre lo que pusiera en el marcador era verdad: simplemente había sido un error.

Volvimos a 100km/h por autovía y, tras cuatro horas de viaje de Teruel a Valencia, conseguimos llegar sanos, salvos y con una nueva anécdota.

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