Un caluroso día de verano, mi familia y yo nos fuimos de compras a un centro comercial. Mi hermano pequeño se perdió y estuvimos buscándolo por todos los lados: los pasillos, los baños, las cajas, etc. De pronto lo vimos salir de la cámara frigorífica, acompañado por una chica de seguridad; al parecer, se había metido allí sin que nadie se diera cuenta. Salió tan campante.
-¡Llevamos media hora buscándote! -le dijo mi madre en tono de riña, pero más aliviada que enfadada.
-¡Llevamos media hora buscándote! -le dijo mi madre en tono de riña, pero más aliviada que enfadada.
Él nos respondió:
-Pues yo he estado muy fresquito.
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